Cuando el deseo sexual desaparece
Te ha pasado que de la noche a la mañana, el deseo sexual ha desaparecido?
Esto se conoce como anafrodisia o falta de apetito sexual, y es, simplemente, no tener ganas. Es esquivar la cama y la intimidad con excusas interminables. Es decir, una y otra vez, “esta noche no, querido”. Es dormirse rápido para evitar el encuentro. Es una realidad que comparten muchas mujeres y que, en general, no se animan a contar.
La anafrodisia o anorexia sexual es un trastorno relacionado con un bajo interés por el sexo. Las personas que sufren de anorexia sexual tienen falta de deseo, dificultades para llegar al orgasmo e incluso dolores al mantener relaciones sexuales.
Uno de los principales problemas sexuales femeninos es la anafrodisia o ausencia permanente o circunstancial del deseo sexual. Crónica u ocasional, es una alteración de la primera fase vasocongestiva de la respuesta sexual. Por supuesto, la mujer que padece anafrodisia evita las relaciones sexuales y apela a la ya famosa colección de pretextos: dolor de cabeza, cansancio, riesgo de despertar a los chicos…
Los orígenes de esta disfunción pueden remontarse a una mala o inexistente educación sexual y a un extraordinario desarrollo de la vergüenza y la culpa sobre su sexualidad, conflictos de los que debe encargarse un médico especialista y un sexólogo. Además no debemos olvidar a la depresión mayor como causal, en ella la anafrodisia es un síntoma.
Falta de Deseo Secundaria: Consideramos anafrodisia secundaria cuando la mujer si tuvo deseo sexual en el pasado pero no actualmente.
Falta de Deseo Situacional: Consideramos situacional cuando la mujer siente deseo con ciertas parejas pero no con otras.
Falta de Deseo Generalizada: Ocurre cuando la mujer no siente ningún tipo de deseo sexual, ya sea con su pareja o incluso por si sola masturbándose.
El tratamiento consiste en reducir los factores de inhibición, ya sea con ejercicios de sensibilización, autoerotismo, la revisión teórica del sistema de valores de la paciente u otras técnicas.
Adicionalmente se deben corregir alteraciones hormonales si las hubiera, dar tratamiento adecuado en el caso de depresión mayor.
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Esto se conoce como anafrodisia o falta de apetito sexual, y es, simplemente, no tener ganas. Es esquivar la cama y la intimidad con excusas interminables. Es decir, una y otra vez, “esta noche no, querido”. Es dormirse rápido para evitar el encuentro. Es una realidad que comparten muchas mujeres y que, en general, no se animan a contar.
La anafrodisia
Uno de los principales problemas sexuales femeninos es la anafrodisia o ausencia permanente o circunstancial del deseo sexual. Crónica u ocasional, es una alteración de la primera fase vasocongestiva de la respuesta sexual. Por supuesto, la mujer que padece anafrodisia evita las relaciones sexuales y apela a la ya famosa colección de pretextos: dolor de cabeza, cansancio, riesgo de despertar a los chicos…
Los orígenes de esta disfunción pueden remontarse a una mala o inexistente educación sexual y a un extraordinario desarrollo de la vergüenza y la culpa sobre su sexualidad, conflictos de los que debe encargarse un médico especialista y un sexólogo. Además no debemos olvidar a la depresión mayor como causal, en ella la anafrodisia es un síntoma.
La pareja cuenta: en el caso de una relación estable, el tratamiento debe ser en pareja, ya que un comentario inoportuno o el desear el contacto sexual con premura, puede empeorar el cuadro clínico.
Tipos de anafrodisia o falta de deseo
Hay 4 tipos:
Falta de Deseo Primaria: Se considera anafrodisia primaria cuando la mujer nunca ha sentido deseo sexual en toda su vida.Falta de Deseo Secundaria: Consideramos anafrodisia secundaria cuando la mujer si tuvo deseo sexual en el pasado pero no actualmente.
Falta de Deseo Situacional: Consideramos situacional cuando la mujer siente deseo con ciertas parejas pero no con otras.
Falta de Deseo Generalizada: Ocurre cuando la mujer no siente ningún tipo de deseo sexual, ya sea con su pareja o incluso por si sola masturbándose.
El tratamiento consiste en reducir los factores de inhibición, ya sea con ejercicios de sensibilización, autoerotismo, la revisión teórica del sistema de valores de la paciente u otras técnicas.
Adicionalmente se deben corregir alteraciones hormonales si las hubiera, dar tratamiento adecuado en el caso de depresión mayor.
Dr. Luis Susaníbar Napurí
Especialista en Urología y Medicina Sexual
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