Comprendiendo el dolor testicular
El dolor testicular crónico conocido médicamente como orquialgia crónica es un dolor constante o intermitente usualmente con más de tres meses de duración y representa un reto para el urólogo.
Todas las entidades relacionadas como causa de dolor agudo, son potenciales causantes de cuadros crónicos, cuando no reciben un tratamiento adecuado; y por ello deben ser consideradas en el diagnóstico inicial de esta patología. Siga leyendo y conozca más.
La orquialgia crónica
Al igual que las mujeres con síndromes dolorosos de los órganos reproductores, los hombres con orquialgia crónica suelen avergonzarse de hablar sobre ello. Muchos casos de dolor testicular crónico son de aparición espontánea, sin que exista un claro episodio desencadenante, y las más de las veces en nuestro medio son tratados con un sin número de medicamentos entre los que están los antibióticos y analgésicos. El resultado de ello, el paciente pasa tiempo cambiando de médicos sin obtener un diagnóstico certero.
El urólogo que enfrenta un paciente con dolor testicular crónico va atener mucho trabajo por realizar, el paciente incluso llega a experimentar sentimientos de frustración y desconcierto, originados en la incapacidad de determinar una etiologica confiable.
En los hombres están descritas cinco fuentes de dolor pélvico o genital crónico, que coinciden con las fuentes posibles del dolor testicular, y de ellas sólo una compete al urólogo; estas son dolores de tipo:
- Miofascial
- Musculoesquelético
- Gastrointestinal
- Psicógeno
- Urogenital.
Entre las causas de urológicas de orquialgia crónica figuran infecciones (uretritis, cistitis, prostatitis, funiculitis, epididimitis), tumores, torsión testicular, varicocele, hidrocele, espermatocele, traumatismo (p. ej., accidente de bicicleta), intervenciones quirúrgicas previas y dolor referido por problemas de cadera o discos lumbares. El dolor testicular crónico se ha relacionado también con la vasectomía.
La orquialgia crónica no suele producir disfunción sexual y la presencia de ella puede orientar el diagnóstico en otro rumbo. La historia médica detallada del paciente, su exploración física y la evaluación urológica revelarán
causas casi siempre tratables del dolor testicular
crónico.
Pero en muchos casos, el dolor sigue sin poder
explicarse pese a realizar un trabajo de diagnóstico
muy concienzudo. El tratamiento de la orquialgia
crónica se orienta a la etiología subyacente, siempre
que esto sea posible.
El hidrocele, varicocele o espermatocele
no suelen ser la causa de orquialgia crónica, sino un hallazgo coincidente. Dr. Fernando Susaníbar Napurí
La orquialgia crónica debería categorizarse como un síndrome doloroso de tipo neuropático, originado típicamente como un evento, con daño de un nervio local, que termina como un estímulo nocivo crónico que involucra el sistema nervioso central y periférico.
Según la clasificación del congreso mundial de dolor en Québec del año 2000, se trata de un “Síndrome doloroso regional complejo tipo II” (sin daño del nervio), que es el más frecuente, o tipo I (con daño del nervio).
En el dolor neuropático, las fibras nerviosas periféricas aferentes responden al estímulo nocivo, activando una cascada bioquímica que incluye la liberación de potasio y la síntesis de prostaglandinas y bradiquininas; las prostaglandinas por sí solas elevan la sensibilidad de los terminales nerviosos a todas las substancias productoras de dolor; la activación incluye impulsos desde las terminales estimuladas que se propagan por vía del cuerno dorsal de la médula espinal y a otras terminales nerviosas adyacentes antes que ocurra una neuromodulación supraespinal. Estas terminales inducen la liberación de substancias como el péptido P, que causa vasodilatación y edema neuronal y que termina por aumentar la concentración de histamina y serotonina en el fluido extracelular, sensibilizando a todos los nocioceptores vecinos lo que lleva a una diseminación a menudo errática y bizarra de la sensación dolorosa.
Además de una narración bizarra del cuadro doloroso, con diseminación errática, los pacientes relatan disestesias (dificultad para localizar el dolor) y alodinia (dolor con estímulos mínimos), lo que termina por desesperar al clínico que escucha la historia. La principal implicación es terapéutica, puesto que el dolor neuropático no se mejora con analgésicos comunes, no cede al uso de opiáceos y aun podría no mejorar con una conducta tan radical como una orquidectomía. Son útiles en cambio los neurolépticos, los antidepresivos y los bloqueos nerviosos.
Tradicionalmente,
el tratamiento del dolor asociado a orquialgia
crónica en los servicios de urología ha consistido en
la administración de antibióticos y AINEs para tratar
un posible proceso inflamatorio oculto. Los medicamentos
utilizados para otros síndromes de dolor
crónico, como antidepresivos, anticonvulsivos, agentes
estabilizadores de la membrana, opiáceos y fármacos
y procedimientos simpatolíticos, suelen ser
eficaces para el tratamiento de la orquialgia crónica.
La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea
(TENS) también puede ayudar.